Papito, papi, pá, mi Raúl Oscar Montero... te amo, te amo, te amo con locura.
Con toda tu forma de ser y modos de mostrar afecto, tu tipo de humor, tus manías, tu voz, tu calidez, tu sonrisa, tus puntos de vista, tus enojos, tus incomodidades. Tus gestos y comentarios cotidianos, la ternura de verte hablándole con cariño a tus perros... saludos diarios, infaltables "hasta mañana", tus preguntas obvias y tu voluntad de no mostrarle indiferencia a nadie...
Hoy la "vida" más oscura, más negra porque falta tu presencia; el dolor de tu ausencia es un daño irreparable insustituible que no tiene comparación con nada porque sos una parte fundamental e indispensable de mi vida, la de tus hijos (mis hermanos), de la má (tu mujer y compañera). Un equipo, cada uno a sus maneras y diferencias.
Quedarán espinas clavadas en el alma y sueños rotos, a las que no pienso esquivar porque nada se compara con que no estés más físicamente en el día a día con nosotros. Juntos, como lo elegíamos y priorizábamos, siempre juntos todos los días, forjando paciencia ente nosotros porque de eso se trataba, de ser cobijo y auxilio ante la necesidad de esta vida, a la que nos cuesta encontrar un sentido real.
Para mi perdió uno más, un motor irrecuperable. Esa vida que elegías siempre, estar vivo y tranquilos, ser útil y amable siéndole fiel a tu historia de lucha, a tu bella historia de lucha que tanto apreciaba y apreciaré por la eternidad, mi guerrero. Esa razón que te motivaba a seguir adelante, a buscarle la vuelta, a querer dar lo posible a tu familia para estar bien.
Estar bien... que imposible va a ser eso si ya no vas a estar a nuestro lado... qué difícil va a ser encontrar algo, caminos que valgan la pena transitar. Buscaré sentirte, como siempre, desde adentro de algún lugar del alma y el corazón guiándonos para intentar esa misión casi imposible hasta el fin de mis propios días...
Te amo, te amo y agradezco con cada rincón y partícula de mi ser TU SIMPLE EXISTENCIA. No tengo duda que sabías la inmensidad que significabas para nosotros, aunque lamento no haber sido un poco más cariñoso y afectuoso físicamente como seguramente vos también, sobre todo últimamente con esas costumbres que construimos y este ritmo de vida que por momentos nos presiona a todos... si yo no quería, ni podía soltarte ni dejar de besarte!
Pero eso lo sabíamos porque el trato y la preocupación hablaban claro, nos amábamos sabiéndolo, sufríamos juntos sin decir una palabra cuando no llegábamos a ayudar como creíamos necesario, nos comprendimos prácticamente sin hablar y siempre alegrándonos notoriamente a la primera mínima impresión de que el otro podría estar cómodo y conforme haciendo algo suyo, con esa esperanza de que en el fondo estemos bien...
Escribí canciones inspiradas en vos, en tu forma de ser, en tu esencia, esperando algún día regalarte y ofrecerte esos momentos porque te admiré, SIEMPRE LO HICE, siempre sentí orgullo de ser uno de tus hijos y siempre te voy a amar, hasta que la muerte venga por mí y más también, gordito hermoso.
No puedo dejar de llorar y de sentir un hueco en el medio del pecho. Lidiando con una profundidad de dolor desconocida, un vacío que será permanente. Cada cosa que pueda hacer sos vos, desde poner la pava, prender la TV, ver tu radio, tu bici, estar en tu pieza, el asador, tu lugar en la mesa, en el auto, tus progresos, cada rincón tiene tu voz y tu silencio resonando. Todo giraba alrededor tuyo, no puedo dejar de pensarte, en tu vida y en lo qué podría haber sido diferente esos días... con todos tus recuerdos y palabras que se irán haciendo cada vez más lejanos y la costumbre quizás vaya naturalizando...
Cada momento compartido en casi tres décadas son para mi un TESORO INVALUABLE, desde cuando me llevabas a algún lugar atrás en el portaequipaje de tu bici, tu emoción ante una historia de bondad, tu emoción mi último día de secundario, todavía te veo refregando tus ojos de orgullo cuando entré abanderado en la escuela primaria. Dónde nacía en mi alguna futura frustración de poder ayudarlos de la forma que yo quería y alguna vez soñé. Cuando viajaba, cada vez que me acompañabas a tomar el colectivo sin moverte del costado hasta que no pase frente a tus ojos. QUÉ AMOR!
Pero así vos, TAN SENCILLO, enseñando con los hechos y casi sin proponértelo que todas esas cosas son un extra: un título, un trabajo, una buena noticia. ENTENDISTE TODO! Incapaz de exigir y presionar, un padre que nunca le levanto una mano a sus hijos. Un padre que intentó entender a sus seres queridos y DAR TODO lo que sentía a su alcance. Esa SIMPLEZA para no darle tantas vueltas a la existencia, ni explicaciones a este mundo. Me quedan por aprender tantas cosas tuyas...
Esos detalles de instantes. Tus ganas de compartir la mesa, las comidas, videos, tu música y nostalgias, tus cantantes favoritos, boxeo, Messi, ver gracias a tus hijos cantidad de partidos de fútbol como nunca lo hubieras pensado... este mismo año los juegos olímpicos, casi toda la euro y los saltos en el living festejando la Copa América. Siempre una excusa para compartir y abrazarnos... Ese 2020 de "confinamiento" entre nosotros cinco, adultos siendo como niños, jugando, charlando.... hoy es muy importante para mí. Y hoy me cuesta encontrar un motivo para esperar un nuevo día, porque nunca será igual... porque mis mejores años fueron y serán con vos al lado. Simplemente eso.
Tu corazón gigante esperanzado son ejemplo, un regalo diario que nos brindaste con tu generosidad y apertura natural con la gente, (a pesar de muchas cosas y tus heridas que siempre buscaste minimizar), tu alegría ante saludos y pequeñas atenciones sin especular nunca con nada ni nadie, huellas valorables que dejaste en casi todos los que tuviste trato, con sólo ser vos mismo.
Una parte de mi corazón partido y mi alma quebrantada son tuyas. Se me partió la vida papito, nos dejaste abatidos. El peor día de mi vida un día llegó. Mi mayor miedo durante tantos años hoy es una realidad, una miserable realidad que atravesar porque así son los caminos de la vida que no se detienen.
Sería injusto no expresar que lamento mucho que hayas insistido en algunas cosas y exigencias que sabíamos y hablábamos todos los días que no te harían bien, pero decidías seguir como si fueran caprichos y provocaciones del destino. Un dolor y algo de rabia, que acumulaba y que por, finalmente no poder cambiar o influir más, me llevo para siempre conmigo.
Pero sin embargo, te entiendo, como toda tu historia y esa necesidad de ser útil ante un mundo que demanda y exprime, no perder tiempo. Tu formas de hacer frente a situaciones queda grabada en mi para siempre.
QUÉ TRISTEZA tener que despedirte, aún siento irreal estar haciéndolo
QUÉ DOLOR era verte mal o incómodo en lo que sea
QUÉ SUSTO cada vez que sentía que corrías peligro o te preocupabas
QUÉ PENA no haber podido aportar un poquito más para que sigamos viéndote sumando años en esta vida... (me hacia mucha ilusión verte feliz cada 12 de octubre, tan cerca de las 7 décadas...)
TE AMÉ, TE AMO Y TE AMARÉ POR TODA LA ETERNIDAD
PERDÓN por algunas cosas o por si alguna vez te di algún disgusto,
GRACIAS POR TU VIDA, por cada día tuyo desde 1953, POR TU ENTREGA, POR TUS SACRIFICIOS, LUCHAS, INTENCIONES, POR TU PRESENCIA, POR CADA PEQUEÑA AYUDA, POR TU SERVICIO DESINTERESADO.
Por todo eso, INTENTAREMOS SOSTENERNOS EN FAMILIA, POR CADA UNO DE TUS PASOS.
Esperando nuestro verdadero propósito, si es que tenemos una misión.
GRACIAS POR LA VIDA,
GRACIAS POR TU EXISTENCIA, POR MI EXISTENCIA... POR EXISTIR
TE AMO Y RUEGO A DIOS QUE TE HONRE Y GLORIFIQUE COMO LO MERECES... QUE TE PERDONE SI DE ALGO DEBE PERDONARTE. YO LO INTENTÉ y lo SEGUIRÉ INTENTANDO, HONRARTE COMO SER HUMANO IMPERFECTO QUE SOY, COMO ME SALIÓ.
ADIÓS MI HOMBRE....
LLEVÁNDOTE DENTRO, Y EXTRAÑÁNDOTE A CADA MOMENTO, ESPERARÉ A QUE ALGUNA VEZ NOS REENCONTREMOS CARA A CARA... EN ALGÚN PUNTO DE LA ETERNIDAD O LA EXISTENCIA...
COMO DECÍAS VOS... TODOS TENEMOS LA HORA MARCADA... y quizás así sea, hasta que se nos disponga...
TE AMO POR SIEMPRE PÁ, mi papá, nuestro papá... RAÚL MONTERO.
RULI.